Riesgo Sísmico

Es necesario aclarar que los elementos que configuran lo que se denomina el riesgo sísmico con: la amenaza o peligro y la vulnerabilidad. La amenaza o peligro tiene relación directa con el fenómeno, que en este caso es de origen natural y son los sismos. Estos fenómenos no pueden controlarse, es decir, no podemos como seres humanos evitar que sucedan, ya que son eventos que tienen una íntima relación con la dinámica de la Tierra como planeta. En cambio la vulnerabilidad se asocia a nuestra capacidad para soportar la presencia de un evento, en caso de que suceda un terremoto, la vulnerabilidad está dada por la susceptibilidad de las casas o infraestructuras a sufrir daños [1].

Por lo tanto, nuestro nivel de riesgo sísmico está dado en función de las características del terremoto (amenaza) y nuestro grado de vulnerabilidad frente a este fenómeno, de tal manera que para disminuir el riesgo es necesario disminuir el grado de vulnerabilidad, ya que no podemos impedir la generación de un terremoto.

En este sentido existen algunos mecanismos que pueden contribuir a disminuir nuestra vulnerabilidad desde una perspectiva física y/o funcional de infraestructuras. Cardona sugiere algunas acciones: [2]

  • Aumentar la resistencia de las líneas vitales mediante el reforzamiento estructural.
  • Reforzar edificaciones vulnerables que no pueden ser o no son factibles de reubicarse.
  • Elaboración de “códigos de la construcción” que regulen a edificación de nuevos inmuebles.
  • Adecuación de hospitales y la atención pronta y masiva de víctimas.
  • Reubicación de viviendas, de infraestructura o de centros de producción localizados en zonas de alta amenaza.

Referencias:

[1] Rivadeneira, F., Segovia, M., Alvarado, A., Egred, J., Troncoso, L., Vaca, S. y Yepes, H. Breves fundamentos sobre los terremotos en el Ecuador. Instituto Geofísico de la Escuela Politécnica Nacional. Corporación Editora Nacional. Quito, Ecuador. Noviembre 2007.

[2] Cardona, O. Gestión del riesgo colectivo. Curso de Educación Superior Gestión Integral de riesgos y desastres. Capítulo 3. Barcelona, España. 39-62 pp.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *