Resilencia en estructuras

De acuerdo con la oficina de las Naciones Unidas para la reducción de riesgo de desastres (UNISDR, 2002), la resiliencia es la capacidad de un sistema, comunidad o sociedad expuestos a una amenaza, para resistir, absorber, adaptarse y recuperarse de los efectos de la amenaza de manera eficaz, lo que incluye la preservación y restauración de las estructuras y funciones básicas. La resiliencia significa pues la capacidad de “resistir a” o “resurgir de” un evento. La resiliencia de una comunidad con respecto a los posibles eventos que resultan de una amenaza se determina por el grado en que esta comunidad cuenta con los recursos necesarios y la capacidad de organizarse tanto antes como durante un cataclismo, o como algunos autores definen, consistirá en “la habilidad de acomodarse a los cambios sin fallar catastróficamente”.

Estos últimos años han dejado una lista bastante completa de desastres naturales que en muchos casos no han dejado víctimas mortales a su paso gracias a la construcción resiliente, un tipo de edificación basada en el uso de materiales lo suficientemente plásticos como para absorber cargas espontáneas, y de mecanismos adicionales de resistencia que, se ha demostrado, salvan centenares de vidas. [1]

La construcción resiliente es todo un ejemplo de como la innovación puede aterrizarse en cualquier sector para hacernos la vida más fácil. El concepto de resiliencia en el sector construcción no es nuevo ni únicamente aplicable a edificaciones en zonas de alto riesgo de catástrofe natural. [2]

Convencionalmente, las estructuras están diseñadas para resistir fuerzas dinámicas mediante una combinación de resistencia, deformabilidad y absorción de energía. Estas estructuras pueden deformarse mucho más allá del límite elástico, por ejemplo, en un terremoto severo. Indica que las estructuras diseñadas con estos métodos a veces son vulnerables a los fuertes movimientos sísmicos.

Para evitar tales daños críticos, los ingenieros estructurales están trabajando para descubrir diferentes tipos de sistemas estructurales que son robustos y pueden soportar movimientos fuertes. Alternativamente, algunos tipos de sistemas de protección estructural pueden implementarse para mitigar los efectos dañinos de estas fuerzas dinámicas. Estos sistemas funcionan absorbiendo o reflejando una parte de la energía de entrada que, de otro modo, se transmitiría a la estructura misma.

En tal escenario, se cree que las técnicas de control estructural son una de las tecnologías prometedoras para el diseño de construcciones resilientes y resistencia a terremotos. El concepto de control estructural es absorber la energía de vibración de la estructura mediante la introducción de dispositivos suplementarios.

Es estudio de nuevas tecnologías para mejorar resistencia a los terremotos en el sector de la construcción debería basarse en las necesidades reales de la estructura. Hoy en día para proteger la estructura de estos eventos sísmicos y sus consecuencias se utilizan técnicas avanzadas como muros de corte, dispositivos de aislamiento sísmico o de amortiguación. No obstante, a medida que el tiempo avanza y se conoce un poco más acerca de los terremotos y cómo se comportan las estructuras ante la ocurrencia de estos, se siguen desarrollando nuevas tecnologías, metodologías y herramientas para hacer frente a estos eventos que pueden ser catastróficos.


Referencias:

[1] João Pedro Ataíde Archer Guerra Pratas. Tsunamis e Cidades Resilientes. Disertação de Mestrado Integrado em Arquitetura. Coimbra, Portugal. Favereiro 2014.

[2] Leticia Rialto (Diciembre de 2017). La construcción resiliente, la oportunidad ante los desastres naturales. El Mundo, Unidad Editorial web. Madrid, España. Recuperado de: http://www.futurosostenible.elmundo.es/sostenibilidad/la-construccion-resiliente-la-oportunidad-ante-los-desastres-naturales. Acceso: miércoles 23 de mayo de 2018.

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